Fisher et al 2002 Sistemas cerebrales de Lujuria, Atracción y Apego

( 2002)
Definición de los Sistemas Cerebrales de Lujuria, Atracción Romántica y Apego

Helen E. Fisher, Ph.D.,1,5 Arthur Aron, Ph.D.,2 Debra Mashek, M.A.,2 Haifang Li, Ph.D.,3 and Lucy L. Brown, Ph.D.4

Received January 8, 2001; revisions received June 4, 2001, and May 13, 2002; accepted May 13, 2002

Los mamíferos y los pájaros han evolucionado pres sistemas primarios, discretos e interrelacionados de emoción-motivación y progenitorialidad, lujuria, atracción y apego macho-hembra. Cada sistema emoción–motivación está asociado con una constelación específica de correlatos neurales y un repertorio comportamental claro y distinto. La lujuria evolucionó para iniciar el proceso de apareamiento con la pareja apropiada; la atracción evolucionó para permitir que los individuos eligieran entre parejas de apareamiento específicas y prefirieran a una, con lo cual se conservaba tiempo y energía de apareamiento; el apego macho–hembra evolucionó para permitir que los individuos cooperaran con una pareja reproductiva hasta que los deberes progenitoriales específicos de la especie hubieran sido completados. La evolución de estos tres sistemas de emoción–motivación contribuye a los patrones contemporáneos del casamiento, el adulterio, el divorcio, el nuevo casamiento, la amenaza y acecho, el homicidio y otros crímenes de pasión, y la depresión clínica debida al rechazo romántico. Este artículo defines estos tres sistemas de emoción–motivación. Después discurre sobre un proyecto de curso usando imágenes cerebrales de resonancia magnética funcional para investigar los circuitos neurales asociados con un de estos sistemas de emoción-motivación, la atracción romántica.

PALABRAS CLAVE: atracción romántica, impulso sexual, IRMf (FMRI); circuitos neurales.

1Department of Anthropology, Rutgers University, New Brunswick, New Jersey.

2Department of Psychology, State University of New York at Stony Brook, Stony Brook, New York.

3Department of Radiology, State University of New York at Stony Brook, Stony Brook, New York.

4Department of Neurology and Neuroscience, Albert Einstein College of Medicine, Bronx, New York.

5A la cual debe dirigirse la Correspondencia a 4 East 70th Street, New York, New York 10021; e-mail: hefisher@worldnet.att.net.

 

 

 


INTRODUCCIÓN

Los neurocientíficos actualmente creen que las emociones básicas surgen de circuitos (o sistemas) de actividad neural claramente distinguibles; que los humanos comparten varios de estos circuitos primarios de emoción–motivación con otros mamíferos; y que estos sistemas cerebrales evolucionaron para dirigir la conducta (Damasio, 1999; Davidson, 1994; Panksepp, 1998). Se formula la hipótesis de que entre estos sistemas neurales primarios hay al menos en el cerebro del mamífero tres sistemas de emoción-motivación discretos e interrelacionados para el apareamiento, la reproducción y el desempeño de la función de progenitores: lujuria, atracción y apego (Fisher, 1998).

El impulso sexual (la libido o lujuria) está caracterizado por un deseo fuerte de gratificación sexual, y está asociada primariamente con los estrógenos y andrógenos.

El sistema de atracción está caracterizado por la energía incrementada y la atención concentrada en una pareja de apareamiento preferida. En humanos, el sistema de atracción (que de modo estándar es llamado amor romántico, amor obsesivo, amor apasionado, estar enamorado, infatuación o limerencia) está también caracterizado por sentimientos de alegría desmedida [exhilaration], “pensamiento intrusivo” sobre el objeto de amor, y un anhelo intenso de unión emocional con esta pareja o potencial pareja. Hay alguna evidencia de que este estado afectivo está primariamente asociado con niveles elevados de dopamina central (DA) y norepinefrina (NE) y niveles disminuidos de serotonina central (5-HT) (Bartels & Zeki, 2000; Fisher, 1998; Wang et al., 1999).

El sistema de apego adulto macho-hembra, como ha sido definido por los etólogos, está caracterizado en los pájaros y los mamíferos por la defensa del territorio mutuo y / o la construcción del nido, la alimentación mutua y el acicalamiento, el mantenimiento de proximidad estrecha, la ansiedad de separación, las tareas progenitoriales compartidas, y otros comportamientos afiliativos. En los humanos, el apego adulto varón–mujer (a menudo llamado “amor de compañeros”) está también caracterizado por sentimientos de calma, seguridad, comodidad social y unión emocional. El circuito neural de este sistema cerebral ha sido asociado primariamente con los neuropéptidos, oxitocina y vasopresina (Carter, 1992; Carter, DeVries, & Getz, 1995; véanse también Pedersen, Caldwell, Jirikowsk, & Insel, 1992; Winslow et al., 1999).

La lujuria, la atracción y el apego no solamente están asociadas con diferentes neurotransmisores y / o hormones; estos sistemas de emoción– motivación están también asociados con diferentes repertorios comportamentales, y evolucionaron para dirigir diferentes aspectos de la reproducción (Fisher, 1998).

El impulso sexual evolucionó principalmente para motivar a los individuos a buscar unión sexual con cualquier miembro apropiado de la especie. La constelación de circuitos neurales asociados con la atracción evolucionó para motivar a los individuos a seleccionar entre parejas o pretendientes potenciales, dar preferencia a conespecíficos determinados, y concentrar su atención de cortejo en individuos genéticamente apropiados, con lo cual se conserva tiempo y energía de apareamiento. El circuito neural del apego varón-mujer evolucionó primordialmente para motivar a los individuos a sostener conexiones afiliativas el tiempo suficiente para completar deberes progenitoriales específicos de la especie (Fisher, 1998).

Como diferentes especies persiguen diferentes estrategias reproductivas para coordinar sus necesidades ecológicas y biológicas específicas, se puede esperar que los correlatos neurales de estos tres sistemas de emoción-motivación varíen a través de las especies. También se espera que estos sistemas neurales varíen entre individuos dentro de una especie y a través del curso de vida de cada individuo (Fisher, 1998).

Estos sistemas neurales también varían por género. En Homo sapiens, por ejemplo, el impulso sexual del varón es estimulado en un grado mayor por estímulos visuales que el impulso sexual de la mujer (Ellis & Symons, 1990); los hombres usan materiales de pornografía visual de cualquier clase más frecuentemente que las mujeres (Laumann, Gagnon, Michael, & Michaels, 1994). Las mujeres se excitan sexualmente más por palabras románticas, imágenes y temas en películas y narraciones (Ellis & Symons, 1990). Es también probable que el impulse sexual del varón sea más constante en tanto que el impulse sexual de la mujeres sea más periódico pero más intense; el impulse sexual del varón está concentrado en más directamente en la copulación en tanto que el impulso sexual de la mujer está enraizado en una gama de estímulos más amplia; y las mujeres expresan más bisexualidad que los hombres (Fisher, 1999).

Las diferencias de género pueden también ser vistas como la expresión de la atracción romántica. Ambos sexos expresan el amor romántico aproximadamente con la misma intensidad (Hatfield & Rapson, 1996; Tennov, 1979). Y tanto hombres como mujeres se ven atraídos a parejas que sean confiables, maduras, amables, saludables, inteligentes, educados, sociables e interesados en el hogar y la familia (Buss, 1994). Pero hay algunas diferencias de género en lo que los hombres y las mujeres encuentran atractivo en una pareja. Los hombres tienden a estar más atraídos por la apariencia física de una pareja, particularmente signos de juventud y belleza (Buss, 1989; Buss, 1994), en tanto que las mujeres están más inclinadas a sentirse atraídas por hombres con dinero, educación y / o posición (Buss, 1994).

Hombres y mujeres también varían en lo que dispara sentimientos de apego, por ejemplo. Los hombres norteamericanos tienen más probabilidades de definir la cercanía emocional como hacer cosas uno junto a otro; en tanto que las mujeres norteamericanas a menudo considerar que la intimidad es hablar cara a cara (Fowlkes, 1994; Gottman, 1994; Tavris, 1992).

Estos tres sistemas de emoción-motivación regularmente actúan en concierto el uno con los otros y con otros sistemas corporales (Fisher, 1998). Pero también pueden actuar independientemente el uno de los otros. En aproximadamente un 90% de las especies avianas, por ejemplo, los individuos forman vínculos de pareja estacionales o de por vida. Sin embargo, en el 90%de unas 180 especies de pájaros cantores socialmente monógamos, los individuos se involucran también en copulaciones “extra-pareja”  (Black, 1996; Morell, 1998). En estos casos, el apego social por un conespecífico se expresa conjuntamente con la expresión de atracción y/ o del impulso sexual por diferentes conespecíficos.

La independencia de estos tres sistemas de emoción- motivación es también observable en seres humanos. Un ejemplo es la respuesta de los hombres y mujeres de edad mediana a los que se les administra testosterona para aumentar el deseo sexual. Estos individuos subsiguientemente experimentan pensamientos sexuales incrementados y niveles elevados de actividad sexual (Sherwin & Gelfand, 1987; Sherwin, Gelfand, & Brender, 1985). Pero no informan sentir pasión romántica incrementada o apego incrementado por su pareja sexual. Además, hombres y mujeres pueden expresar profundo apego por un cónyuge o pareja de largo plazo, a la vez que expresan atracción por otra persona, a la vez que sienten el impulso sexual en respuesta a estímulos visuales, verbales o mentales no relacionados con ningún miembro de pareja. Y hombres y mujeres pueden copular con individuos de los cuales no están “enamorados”; pueden estar “enamorados” de alguien con quien no han tenido contacto sexual, y pueden sentirse profundamente apegados a una pareja por quien no sienten deseo sexual ni pasión romántica. Por tanto, estos tres sistemas de emoción-motivación (lujuria, atracción y apego) pueden operar, y a menudo así lo hacen, independientemente el uno del otro en el Homo sapiens.

Como estos tres sistemas de emoción- motivación para apareamiento, reproducción y crianza han sido definidos en otra parte (véanse Fisher, 1998, 2000a, 2000b), el resto de este paper se concentra en la discusión de la atracción romántica, incluyendo (1) sus características primarias; (2) las características primarias que en la hipótesis de estos autores están asociadas con este estado afectivo; (3) y la investigación en progreso de los autores, usando imágenes de resonancia magnética funcional (IRMf=fMRI) del cerebro, para establecer los correlatos neurales asociados con la atracción romántica.

MÉTODO

En la Fase 1 de la investigación de este circuito de emoción-motivación, se examine la literatura transcultural sobre la pasión romántica. En una reseña de 166 sociedades, los antropólogos encontraron evidencia de atracción romántica en 147 de ellas (Jankowiak & Fischer, 1992). Las personas cantaban canciones de amor, componían versos románticos, lanzaban hechizos de amor, llevaban amuletos de amor y / o preparaban pociones de amor. Algunos se fugaban. Algunos cometían suicidio u homicidio a causa de amor no correspondido. Y en muchas de estas culturas, los mitos y las fábulas retrataban los involucramientos románticos. No apareció evidencia negativa. En el balance de estas sociedades (19 culturas), simplemente los científicos de campo no habían podido examinar este aspecto del vivir cotidiano. Se sacó la conclusión de que la atracción romántica es una experiencia humana universal o casi universal (Jankowiak & Fischer, 1992), conclusión que sugiere que la atracción romántica es un sistema claro y distinto de emoción-motivación en el cerebro homínido.

Después se examinó la literatura sicológica norteamericana y se compiló una lista de las 13 propiedades sicofisiológicas a menudo asociadas con este estado excitatorio (véanse Fisher, 1998; Hatfield & Sprecher, 1986; Harris, 1995; Tennov, 1979). Después estas características sicofisiológicas primarias de la atracción romántica fueron comparadas con los efectos comportamentales de la dopamina central, la norepinefrina central y la serotonina central(Fisher, 1998).

Esta comparación condujo a la hipótesis de que el estado afectivo de atracción romántica está primariamente asociado con niveles elevados de dopamine y norepinefrina centrales y con niveles disminuidos de serotonina central (Fisher, 1998).

Después se compile un cuestionario de 72 item, basado en estas propiedades comunes de la atracción romántica, y este cuestionario fue administrado a 437 norteamericanos y  402 japoneses, hombres y mujeres (Fisher et al., 2002). Los análisis preliminares de estos datos indican que los individuos en estas poblaciones expresaron los mismos sentimientos de atracción romántica que las poblaciones registradas en la literatura sicológica. Así que este cuestionario fue subsiguientemente administrado (junto con varios otros) a todos los participantes antes de su participación en la siguiente fase de este estudio que involucraba escaneo de los cerebros de los individuos que informaban que  “acababan de enamorarse locamente.”

Un paso importante en la comprensión de la química del cerebro asociada con un sistema de emoción-motivación  es identificar las regiones cerebrales fundamentales que están involucradas. De modo que la Fase II de este proyecto se lanzó usando fMRI del cerebro en un intento de ubicar las regiones anatómicas asociadas con el estado afectivo de atracción romántica.

To establish the protocol for this experiment, 11 fe­male and 3 male volunteers who reported that they had “just fallen madly in love” were asked to answer ques­tionnaires and orally interviewed about their feelings of romantic love. Entonces estos participantes usaron un aparato de respuestas basado en computadora para indicar la intensidad de sus sentimientos de amor romántico del momento mientras se los exponía a una serie de estímulos. Se estableció que los sentimientos de atracción romántica eran estimulados con máxima eficacia por fotografías del ser amado, “pensando hacia atrás” en eventos específicos de la relación, y por canciones relevantes a la relación (Mashek, Aron, & Fisher, 2000).

These data on the effectiveness of photographs formed the basis of the protocol for Phase II of this project. En esta investigación, a los voluntarios que informaron que “acababan de enamorarse locamente” se les administraron varios cuestionarios y se los entrevistó oralmente  para establecer el grado de su pasión romántica. Los participantes apropiados fueron entonces educados en relación con el procedimiento de IRMf y el protocolo del experimento, se puso fecha y hora para la sesión de escaneo cerebral y se la completó. Among the tasks that each participant was required to do during the brain scanning process was to look at a photograph of the beloved and a photograph of a familiar individual for whom the sub­ject felt no strong positive or negative feelings. During this 12-min experiment, 3,200 brain images were collected for each participant. These brain scans were then compared, using several statistical methods.

Este estudio está actualmente en curso. Se predice que algunas de las regiones cerebrales asociadas con el sentimiento de atracción romántica intensa serán las que tengan altas concentraciones de sitios receptores de dopamina, norepinefrina y serotonina.

 

RESULTADOS

Los datos reunidos durante la Fase 1 de este proyecto indicaron que hay 13 características sicofisiológicas comúnmente asociadas con la atracción romantice y que 5 de estos rasgos se correlacionan con o bien niveles elevados de dopamina centro y / o norepinefrina central o niveles disminuidos de serotonina central.

1.      Cuando alguien se enamora, comienza a sentir que su ser amado es único en su género; su “objeto de amor” cobra “especial significación” (Tennov, 1979). Este fenómeno se empareja con la incapacidad de sentir pasión romántica por más de una persona por vez. Concentrados elevadas de dopamina central están asociadas con la exposición a un ambiente nuevo, así como a una atención exacerbada y concentrada (Kiyatkin, 1995; Salamone, 1996; Scatton, D’Angio, Driscoll, & Serrano, 1988; Tassin, Herve, Blanc, & Glowinski, 1980). Estos paralelos sugieren que los niveles incrementados de dopamina central contribuyen a la atención concentrada del amante en el ser amado y la tendencia del amante a considerar al ser amado como único en su género.

2.      Los individuos que informan atracción romántica tienden a concentrar su atención en las cualidades positivas del ser amado y pasan por alto o evalúan falsamente sus rasgos negativos (Murray & Holmes, 1997). También se concentran en eventos, objetos y otros fenómenos específicos que han llegado a asociar con el ser amado. El cuestionario de 72n item basado en las propiedades comunes del amor romántico fue administrado a 437 norteamericanos y 402 japoneses, tanto hombres como mujeres, el 73% de los hombres y el 85% de las mujeres informaron recordar cosas triviales que el ser amado decía y hacía; el 83% de los hombres y el 90% de las mujeres decían que repasaban esos momentos preciosos cuando meditaban (Fisher et al., 2002).

Como se mencionó más arriba, los niveles incrementados de dopamine central están asociados con atención concentrada. Así que esta tendencia a demorarse en rasgos específicos del ser amado y en momentos específicos vinculados con el amado son indicaciones adicionales de que los niveles elevados de la dopamina central están asociados con el sentimiento de atracción romántica. Como los niveles elevados de norepinefrina está asociados con la memora incrementada de nuevos estímulos (Griffin & Taylor, 1995), muy probablemente estén involucrados también niveles incrementados de norepinefrina central.

3.      Los individuos que informaban sentimientos de atracción romántica experimentan una hueste de respuestas sicofisiológicas lábiles, incluyendo la euforia, la alegría excesiva, la energía incrementada, falta de sueño, pérdida de apetito, temblores, el corazón latiendo y respiración acelerada. Muchos también informan sentir ansiedad, pánico y / o miedo en la presencia del ser amado. Están sujetos a abruptos cambios de humor también. Si la relación sufre un contratiempo, el individuo atraído puede caer en la inquietud, el rumiar pensamientos y en sentimientos de desesperación.

Las concentraciones incrementadas de dopamina en el cerebro están asociadas con euforia, pérdida del apetito, hiperactividad, actividad mental aumentada, una demora en el comienzo de la fatiga y una necesidad de sueño disminuida, así como ansiedad, pánico y un estado similar al miedo (Colle & Wise, 1988; Fisher, 1998; Kruk & Pycock, 1991; Post, Weiss, & Pert, 1988; Wise, 1988). Por tanto, niveles elevados de dopamina son un probable agente del éxtasis, la energía incrementada, la falta de sueño, el apetito reducido, el miedo, y la ansiedad asociadas con la atracción romántica.

Los datos de abuso de drogas también sugieren que la dopamine es un agente en el sentimiento de la atracción romántica. Las anfetaminas y la cocaína eleven las concentraciones de dopamine en el cerebro (Wise, 1989, 1996). Y estas drogas producen la misma alegría excesiva, la energía excesiva, la falta de sueño y la pérdida de apetito que son características de los individuos que informan estar “enamorados.”

4.      En tiempos de adversidad, los individuos locamente enamorados experimentan una intensificación de la atracción romántica. Esta reacción puede también ser asociada con altos niveles de dopamina central porque cuando se demora una recompensa las neuronas productoras de dopamina del cerebro medio aumentan su productividad (Martin-Soelch et al., 2001; Schultz, 2000).

5.      Los individuos que informan sentimientos de atracción romántica piensan obsesivamente en el ser amado, lo que se conocer como “pensamiento intrusivo.” Muchos informantes dicen que rumian sobre su  “objeto de amor” más del 85% de sus horas de vigilia (Tennov, 1979). El pensamiento intrusivo es una forma de conducta obsesiva y actualmente los agentes de elección en el tratamiento de la mayoría de las formas del desorden obsesivo compulsivo son los inhibidores de retoma de serotonina (Flament, Rapoport, & Bert, 1985; Hollander et al., 1988; Thoren, Asberg, & Bertilsson, 1980). Estos paralelos sugieren que los niveles disminuidos de serotonina central contribuyen al pensamiento intrusivo asociado con la atracción romántica (Fisher, 1998).

Los rasgos sicofisiológicos remanentes asociados con la atracción romántica obsesiva no han sido vinculados con sistemas neurales o neuroquímicos específicos.

6.      Los individuos que informan sentimientos de atracción romántica regularmente exhiben signos de dependencia emocional en cuanto a la relación, incluyendo posesividad, cellos, miedo de rechazo y ansiedad de separación.

7.      Experimentan nostalgia por la unión emocional con el ser amado.

8.      Sienten una ponderosa sensación de empatía hacia el ser amado y están dispuestos a sacrificarse por él o ella.

9.      Tienden a reordenar sus prioridades cotidianas y / o a cambiar su vestuario, manierismos, hábitos o valores para quedar a disposición del ser amado.

10.    Las personas que informan sentimientos de atracción romántica experimentan deseo sexual por el ser amado, acoplado con posesividad, el impulso de exclusividad sexual, y sentimientos de celos si sospechan infidelidad. Esta posesividad y deseo de exclusividad sex­ual probablemente evolucionaron para un propósito importante: impulsar a las parejas a que excluyan a otros pretendientes, con lo cual se asegura que el cortejo no sea interrumpido hasta que la inseminación haya sido completada (Fisher, 1998).

11.    Sin embargo, para quienes están “enamorados”, el anhelo de la unión emocional a menudo toma precedencia  por delante del deseo de unión sexual con el ser amado. 58% de los hombres y 72% de las mujeres en el cuestionario arriba mencionado estaban en desacuerdo con la afirmación, “Lo mejor del amor es el sexo.” Y el 64% de ambos sexos estaban en desacuerdo con la afirmación “El sexo es la parte más importante de mi relación con…”

12.    12. Los individuos que expresan sentimientos de pasión romántica comúnmente informan que esta pasión es involuntaria e incontrolable.

13.    13. La atracción romántica es generalmente no permanente, a no ser que barreras sociales o físicas inhiban a los miembros de la pareja de verse uno a otro regularmente.

La complejidad de los sistemas cerebrales humanos y la miríada de fuerzas ecológicas y culturales que contribuyen al comportamiento humano hacen difícil el análisis del circuito cerebral de la atracción romántica. Sin embargo, las similaridades entre algunas de las propiedades sicofisiológicas mencionadas más arriba de la atracción romántica y las propiedades generales de la dopamina, norepinefrina y serotonina centrales sugieren que los niveles elevados de dopamine y norepinefrina centrales y los niveles disminuidos de serotonina central juegan un papel en algunos aspecto los armo romántico en humanos.

El amor romántico toma una variedad de formas graduadas, sin embargo, desde el amor correspondido (asociado con satisfacción plena y éxtasis) hasta amor no correspondido (asociado con vacío, ansiedad y desesperación). De este modo se espera que las cantidades y ratios de estas monoaminas (dopamina, nore­pinefrina y serotonina) variarán de acuerdo con el grado de reciprocidad de parte del ser amado y muchos otros factores sociales, ecológicos y sicológicos. También se espera que las actividades de estas monoaminas variarán en respuesta a las actividades de muchos otros sistemas cerebrales de emoción-motivación. Creando un sistema complejo y dinámico responsable por evocar el estado afectivo de la atracción romántica.

Como los autores están actualmente analizando los datos reunidos en el proyecto de imágenes cerebrales de fMRI mencionado más arriba, esta monografía no discurre sobre los resultados. Pero un estudio similar de los correlatos neurales asociados con la atracción romántica ha sido completado por otro equipo de científicos (Bartels & Zeki, 2000) y este estudio sugiere que aspectos de nuestras hipótesis de más arriba son válidos.

 

DISCUSIÓN

Bartels y Zeki (2000) examinaron la actividad cerebral (usando escaneo cerebral de fMRI) en 17 participantes que informaron estar profundamente enamorados. Durante el procedimiento, estos participantes miraron fotografías de sus parejas y fotografías de tres amigos.  Bartels y Zeki informaron que la actividad neural estaba restringida a los foci de la insula mediala, la corteza anterior cingulada, la cabeza del núcleo caudato y el putamen. Las desactivaciones se produjeron en el giro cingulado posterior y en la amigdala, así como en las cortezas prefrontal y parietal derechas y en la corteza temporal media. Se llegó a la conclusión de que “una red única en su género de áreas es responsable de evocar este estado afectivo” (Bartels & Zeki, 2000). Esta conclusión es consistente con nuestra hipótesis de que el amor romántico está asociado con una constelación discreta de correlatos neurales y distinguibles de los sistemas neurales asociados con los otros sistemas primarios de emoción-motivación para el emparejamiento: la lujuria y el apego.

El estudio de Bartels y Zeki también da alguna indicación de uno de los neurotransmisores que están siendo asociados con la atracción romántica. Se advirtió que “la liberación de dopamine debido al éxito en un videojuego ha sido localizada en una amplia región del estriado que se superpone al menos con la actividad informada aquí en el putamen” (Bartels & Zeki, 2000, p. 5). Este resultado sugiere que niveles elevados de dopamina central juegan un rol en el estado afectivo de atracción romántica, dato que es consistente con nuestra hipótesis.

Fisher (1998) formula la hipótesis de que los seres humanos exhiben al menos tres sistemas de emoción- motivación interrelacionados, pero sin embargo claramente distinguibles, para el emparejamiento, la reproducción y la crianza de progenie: el impulse sexual, la atracción romántica y el apego varón-mujer. El impulso sexual evolucionó para motivar a los varones y a las mujeres a copulares con cualquier pareja apropiada; la atracción romántica evolucionó para motivar a los individuos a seleccionar entre las parejas de apareamiento potencial, preferir c un conespecífico determinado, y concentrar su esfuerzo de apareamiento en un individuo genéticamente apropiado, con lo cual se conserva tiempo y energía. El apego evolucionó para capacitar a mujeres y varona a tolerar a una pareja o parejas el suficiente tiempo para completar los deberes progenitoriales específicos de la especie. Estos tres sistemas de emoción–motivación regularmente están vinculados (Fisher, 1998), pero pueden operar independientemente. Los seres humanos pueden expresar profundo apego por una pareja de largo tiempo, mientras sienten atracción romántica por alguien de la oficina o de su círculo social, a la vez que siente el impulso sexual hacia estímulos no relacionados con ninguna de esas personas.

Quizás la independencia neural de estos tres sistemas de emoción–motivación evolucionó para permitir que los homínidos ancestrales sacaran  ventaja de una gama de estrategias reproductivas simultáneamente, tales como una monogamia serial o sostenido en conjunción con romance clandestino y / o copulaciones “extra-pareja” (Fisher, 1998). Pero la independencia neural del amor romántico sin duda también contribuye a los patrones contemporáneos de adulterio y divorcio, la prevalencia transcultural de los cellos sexuales, las amenazas y vigilancia, y el homicidio conyugal, y a la alta incidencia de depresión clínica asociada con el rechazo en el amor (Fisher, 1998).

Así que la investigación en la biología de la atracción romántica (y en cómo este sistema de emoción- motivación interactúa con los sistemas cerebral del impulse sexual y el apego) pueden contribuir a la comprensión de los mecanismos cerebrales subyacentes asociados con varios problemas sociales contemporáneos complejos.

ACKNOWLEDGMENT

Much of this research on FMRI was supported by National Science Foundation Grant no 9910420, awarded to Dr Arthur Aron.

 

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