Cherney et al 2002 Natura, nurtura, genero

Journal of Psychological Inquiry, Volume 9, pp. 46-49

La Natura de la Nurtura y el Género

Isabelle D. Cherney, Erika Lawrence, Karin Leak, Anna Carroll,

 Jeff Kalar, Nicole Neff, Amanda Stein y Jamie Voss

Creighton University

Resumen

Cada año, el Gustavus Adolphus College de St. Peter, Minnesota, alberga la Conferencia Nobel. Por dos días, científicos prominentes presentan temas que están en la vanguardia del pensamiento del momento. El tópico del otoño del 2002 fue titulado “La Natura de la Nurtura.” Los presentadores anunciados eran el neurocientífico y premio Nobel de fisiología y medicina del 2002, Eric R. Kandel (Columbia University, New York), los sicólogos  Eleanor Maccoby (Stanford University), Avshalom Caspi (Social, Genetic, and Developmental Psychiatry Research Centre), y Jerome Kagan (Harvard University), el genetista comportamental Robert Plomin (Social, Genetic, and Developmental Psychiatry Research Centre and Institute of Psychiatry, King’s College, Londres), la siquiatra Judith Rapoport (National Institute of Mental Health), y el bioeticista Thomas H. Murray (The Hastings Center, New York). Son siete investigadores líderes en desarrollo humano. Los alumnos del último año de Creighton University (Omaha, NE) que estaban asistiendo a un curso de honor [cursum honoris] sobre sicología del género viajaron a Minnesota para escuchar las primeras cuatro charlas. Este artículo representa un resumen de su experiencia Nobel e intenta hacer nuevas conexiones entre las presentaciones de los expertos y el desarrollo del rol del género.

La Naturaleza de la Nurtura y el Género

Durante el semestre de otoño del 2002, alumnos del último año [seniors] de la Universidad de Creighton (Omaha, NE) asistieron a las primeras cuatro charlas de la Conferencia de los Nobel que se celebra en la Universidad de Gustavo Adolfo [Gustavus Adolphus College] en San Pedro, Minnesota. El tópico de la conferencia de ese año, “la natura de la nurtura” proveyó un interesante foro para centrarse en las preguntas fundamentales con las que los alumnos se habían chocado en su curso de honores en la sicología del género. ¿Por qué somos como somos? A los alumnos se les pidió que reflexionaran sobre varias cuestiones relativas a las diferencias individuales y al rol del género. En particular, se les pidió que reflexionaran sobre estas cuestiones: ¿Cuáles son algunos de los factores específicos que contribuyen al desarrollo del “género” y cuáles son algunos de los factores específicos que contribuyen al desarrollo del “sexo”? ¿Cómo interactúan para producir el comportamiento? ¿Cuál de los dos lados del debate natura/nurtura está “ganando la discusión” y por qué? ¿Qué conferencista(s) persuadieron al alumno en una u otra dirección? ¿Cuáles son los argumentos que más los hicieron cambiar? ¿Qué descubrimientos científicos contribuyeron a su opinión? ¿Por qué? ¿Qué nuevas preguntas han surgido? ¿Cuáles son los grandes desafíos de este campo de estudio? Este artículo presenta un resumen de las observaciones de los estudiantes.

En el viaje de dos días, los seniors escucharon presentaciones hechas por Kandel (2002) sobre “Genes, sinapsis y memoria de largo tiempo”, por Kagan (2002) sobre “El tapiz tejido por la biología y la experiencia”, por Plomin (2002) sobre “Natura y nurtura: Influencias genéticas y ambientales sobre el desarrollo comportamental”, y la hecha por Maccoby (2002) sobre “La naturaleza de los infantes y su nurtura de parte de los progenitores.” En general, los conferencistas sostuvieron que tanto natura como nurtura son importes en el desarrollo humano; sin embargo, los científicos difirieron en los pesos que cada uno otorgaba a las contribuciones al desarrollo de cada una de las dos fuerzas. De acuerdo con Plomin (2002), el debate de siglos entre natura y nurtura parece haber cambiado de un tema primordialmente dicotómico a un tema interactivo. Esto Es, la cuestión parece haber evolucionado de determinar cuál de las dos, natura o nurtura, es la más influyente, a determinar cómo interactúan para afectar el desarrollo. De las cuatro conferencias que escucharon los seniors, Kagan (2002) y Plomin (2002) mostraron evidencias de la significación de la naturaleza en el desarrollo, en tanto que Maccoby (2002) habló sobre la importancia de nurtura en el desarrollo humano. Kandel (2002) presentó una conferencia sobre la interacción entre natura y nurtura y cómo afecta el aprendizaje y la memoria.

El primer conferencista fue el premio Nobel Eric Kandel (2002). Su investigación se centra en los factores biológicos del aprendizaje y la memoria. Su trabajo con “liebres de mar” (Aplysia) y memoria mostró que el aprendizaje modula la fuerza de  conexiones neurales específicas. Al volverse cada vez más sensibles [increasingly sensitized] los   sistemas nerviosos de las liebres de mar (i.e., respuesta comportamental incrementada siguiendo a la exposición a un estímulo amenazante) a través de repetidos choques eléctricos,  esto las hacía tener una respuesta aumentada a otros estímulos. Un suave toque en cualquier parte de su cuerpo hacía que la aplasia retirara sus barbas [gills]. Esta respuesta era posible a causa de las alteraciones en el funcionamiento de las sinapsis, que conducían a la habituación y la sensibilización [sensitization]. Para que se produjera el aprendizaje, se debían sintetizar nuevas proteínas. Su investigación demostrara que el ambiente puede dar origen a una alteración de las expresiones genéticas del individuo, de modo que diferentes experiencias de vida podían conducir a las modificaciones del comportamiento. De este modo, el ambiente contribuye a la síntesis de proteína que “echa a andar” ciertos genes. Kandel sostuvo que el aprendizaje puede solamente producirse por la interacción consistente de natura y nurtura.

El segundo conferencista, Jerome Kagan (2002) subrayó la importancia de la naturaleza sobre el comportamiento. Afirmó que la programación genética cumple la función de andamio, y la experiencia completa el resto. En otras palabras, nuestros genes nos dan potencial biológico, y nuestros alrededores, experiencias y factores sociales determinan cómo expresamos ese potencial. Consideró que durante los años tempranos de la vid, la biología (maduración) es la fuerza primaria del desarrollo y el ambiente es la fuerza secundaria. De acuerdo con Kagan, el desarrollo temprano está determinado por un plan cuidadoso, regido por los genes. Estos efectos genéticos se de extienden a lo largo del tiempo, en la forma de la maduración, que es universal, biológica, y contribuye a la arquitectura cerebral básica. Por otra parte, el ambiente explica por qué los seres humanos difieren en su sistema de valores, su vocabulario o sus emociones. Argumentaron que las diferencias individuales en comportamiento están todas sujetas a constricciones biológicas. Si el cerebro no ha madurado, es incapaz de expresar y aprender nuevos comportamientos. Yendo más allá, Kagan explicó cómo olas diferencias temperamentales pueden ser rastreadas a diferencias en la neuroquímica del cerebro.

Robert Plomin (2002) presentó otro punto de vista con orientación hacia la naturaleza. Usó los estudios de gemelos y de adopción para demostrar la influencia de la natura y la nurtura en altura y peso, la incidencia de enfermedades mentales, cociente de inteligencia, razonamiento verbal y espacial, así como velocidad de procesamiento. Para ilustrar la importancia de la biología, presentó evidencia de sus estudios genéticos comportamentales que muestran que casi dos tercios de las diferencias de altura y de peso son debido a los genes, en tanto que solamente un tercio de la diferencia se explica por el ambiente. Esto es, discurrió sobre el tema de la heredabilidad, que es la proporción de variación entre los individuos que puede ser atribuida a los genes. Esta variación genética es estimada basándose en estudios de gemelos y de adopción. Plomin también demostró que la enfermedad mental puede ser más heredable que los desórdenes médicos a causa de la complejidad del cerebro y los genes. Como ejemplos citó que la concordancia de gemelos monocigóticos para autismo es del 60%, y para discapacidades de lectura alrededor del 70%.

Plomin también explicó las diferencias entre ambientes compartidos y no compartidos. Un ambiente no compartido hace que los individuos de una familia sean diferentes uno de otros. En contraste, un ambiente compartido hace que los miembros de una familia sean similares unos a otros. ¿Por qué son tan distintos los niños y niñas criados en la misma casa familiar? De acuerdo con Plomin, una explicación es que las vidas de los hermanos y hermanas divergen en sus ambientes no compartidos. Los estudios de genética comportamental indican que es el ambiento no compartido lo que explica la mayor parte de las influencias ambientales de la vida de cada uno. Plomin subrayó que los infantes tienen a modificar, seleccionar y construir sus experiencias en parte sobre la base de sus propensiones genéticas.

En contraste con la visión de Plomín referente a la genética comportamental, Maccoby (2002) se concentró en la importancia del ambiente durante el desarrollo. Afirmó que la biología y el ambiente no son meramente aditivos, sino interactivos. De acuerdo con Maccoby, la ecuación “Herencia + Ambiente = 100%” presenta la carencia de un eslabón crucial, que es la interacción entre los dos. El ambiente es necesario para activar los genes de .os individuos. La altura, por ejemplo, que es un rasgo predominantemente biológico, puede ser cambiado a través de presiones ambientales. En tanto que Plomin (2002) subrayaba que la nutrición (e.g., la dieta) tiene solamente una influencia mínima en la altura, Maccoby arguyó que puede tener un impacto mucho más profundo. Citó un estudio que descubrió que los infantes japoneses que viven en los Estados Unidos son más altos que los infantes japoneses que viven en Japón, aunque los infantes comparten el mismo trasfondo genético. Es claro que las diferencias de nutrición (ambiente) están teniendo efecto en la altura a pesar de las similaridades en los genes. Maccoby también estuvo en desacuerdo son Plomin sobre las contribuciones de los ambientes no compartidos en la conducta. Afirmó que ambos conceptos eran indistinguibles en muchos aspectos. Por ejemplo, a pesar de crecer en la misma familia, los hermanos típicamente están expuestos a diferentes ambientes (e.g., amigos) y que a menudo muestran respuestas diferentes al divorcio. De acuerdo con Maccoby, estos ejemplos ilustran lo difícil que es separar las influencias ambientales en dos esferas, la de compartidas y la de no compartidas. En última instancia, es la interacción entre los diversos factores ambientales y los genes lo que determina quiénes llegamos a ser.

Como parte del seminario, al comienzo del semestre a los alumnos de Creighton se les había pedido que reflexionaran sobre el desarrollo de los roles de género. Para esa época, la clase estaba dividida en términos del peso que le estaban asignando a la influencia relativa de natura y nurtura sobre el desarrollo. Cerca de la mitad de los alumnos creían que era predominantemente la naturaleza la que había moldeado el desarrollo de género y alrededor de la mitad creían que era predominantemente el ambiente lo que había influenciado el desarrollo genérico. Se propuso la misma pregunta a los alumnos después de que hubieron asistido a la conferencia Nobel. Según ellos, todos los conferencistas habían sido persuasivos, y algunos de ellos cambiaron sus ideas preconcebidas sobre la naturaleza de la nurtura y el género.

Un alumno comentó que las propensiones genéticas de un individuo afectarán cómo él o ella interactúa con el ambiente. Al mismo tiempo, los efectos del ambiente de un individuo y de sus experiencias definen cómo se expresa su potencial biológico. Natura y nurtura de modo concurrente influyen la una en la otra den lo que puede ser considerado un diálogo continuo, estableciendo juntos qué rasgos se expresan.

Otra alumna confesó que, antes de la conferencia, ella pensaba que la naturaleza solamente proveía un plano detallado [a blueprint] y que la nurtura construía sobre él. Sin embargo, las presentaciones le suministraron otra forma de comprensión: aunque la natura provee los cimientos, tanto la natura como la nurtura interactúan entre sí continuamente para construir características de personalidad e influir en creencias, pensamientos y acciones. Después de asistir a la conferencia Nobel sus ideas habían cambiado para incluir la interacción de natura y nurtura trabajando juntas como una fuerza dinámica y cambiante sobre una persona. En otras palabras, pensó que le resultaba muy convincente el argumento de Maccoby (2002), que sostenía que es importante incluir el término interacción en la ecuación natura/nurtura.

Las opiniones de otros alumnos no cambiaron. Por ejemplo, un alumno sostuvo que en verdad los genes sí parecen ser quienes hacen la preparación previa [groundwork] de la conducta humana, pero que el ambiente todavía juega un rol significativo en el desarrollo del comportamiento y de los roles genéricos. Tomados en conjunto, después del viaje la mayoría de los alumnos estaban inclinándose hacia el lado de la natura en la ecuación; esto es, creían que, en muchas instancias, los genes podían contribuir más al comportamiento que lo que se había pensado previamente. Plomin (2002), de acuerdo con una mayoría de los alumnos, los había convencido de la importancia de la genética comportamental. Al final, todos comentaron cómo habían subestimado las contribuciones de la interacción entre ambiente y genes en el desarrollo del género.

A los alumnos se les pidió que reflexionaran sobre los factores específicos que podían contribuir al desarrollo del “género” y de los factores específicos que pueden contribuir al desarrollo del “sexo.” El género se refiere a las categorías sociales de varón y mujer, y el sexo se refiere a las categorías sociales de varón y mujer, que son genes, cromosomas y hormonas. Las categorías sociales de género se distinguen una de otra mediante un conjunto de rasgos sicológicos y atributos de rol que la sociedad ha asignado a la categoría biológica del sexo (Helgeson, 2002). Los alumnos comentaron que, después de asistir a la Conferencia Nobel del 2002, les parecía demasiado simplista asumir que el rol de género era solamente una función de factores ambientales o biológicos. Por tanto, rol de género se refiere a las expectativas que acompañan el ser varón, versus el ser mujer [being male versus female]. El género debe tener ambos, un componente biológico que coloque los cimientos del desarrollo y un componente ambiental que causa que ciertos senderos neurales sean fortalecidos y otros se debiliten. Como escribió Rayls (2002): “La gente selecciona, modifica y crea ambientes correlacionados con sus propensiones genéticas” (p. 125). Esta interacción demuestra por qué la biología y el ambiente no pueden ser separados en relación con el desarrollo del género. Sin embargo, como lo advirtió Maccoby, (2002), sin factores ambientales interactuando con la biología hay poco o ningún desarrollo. Se concentró en la importancia del ambiente del hogar para el desarrollo, citando varios estudios que demostraban que los distintos estilos de crianza [parenting styles] pueden afectar los puntajes de CI, incluso con niños adoptados. Usar una argumentación biológica, y no ambiental, es el modo más fácil de explicar las propensiones de los muchachos a buscar actividades físicas, jugar al aire libre, ser más agresivos y a jugar más con diferentes clases de juguetes que las nenas. A pesar de los diferentes énfasis que Plomin y Maccoby presentaron, fue claro que los dos reconocían las similaridades entre sus puntos de vista. Incluso cuando sostenían posiciones contrarias, diciendo uno (Plomin) que la naturaleza era un factor contributivo más importante que la nurtura a ciertos aspectos de personalidad, y la otra (Maccoby) sosteniendo lo contrario, ambos estuvieron de acuerdo en muchos temas relativos al desarrollo. Estuvieron de acuerdo en que la influencia de la natura puede ser modificada por la nurtura, y que la nurtura puede ser influida por factores genéticos. La búsqueda ahora es encontrar cómo natura y nurtura interactúan para determinar en quiénes nos convertimos. Se hicieron resaltar algunas de sus diferencias, pero en conjunto sus ideas convergieron en muchas áreas. Como lo aseveró Kagan (2002), a la mente humana le gusta la variación. Tendemos a concentrarnos en las diferencias, aunque éstas solamente explican el 0.01% de lo humano.

En suma, el consenso entre los conferencistas fue que todos estaban de acuerdo en que la biología está en la base del desarrollo, el comportamiento y las diferencias, pero que el ambiente actúa sobre estos factores biológicos tanto externamente (e.g., socialización) como internamente (e.g., predisposiciones) para producir el pequeño porcentaje de diferencia entre la conducta humana. Es posible que esta conferencia haya hecho surgir más preguntas que las que respondió. Sin embargo, mostró que hay una nueva dirección en la discusión natura/nurtura. El debate real ha virado de una simple comprensión de la natura y la nurtura, al examen de cuánto del comportamiento humano se debe a la natura y cuánto se debe a la nurtura, y, lo que es más importante, cuánto se debe a la interacción de los dos. La Conferencia Nobel fue muy útil para dar nuevas perspectivas y explicaciones en las áreas de natura y nurtura y su posible implicación para la investigación del género.

References

  • Helgeson, V. S. (2002). The psychology of gender (Ed.). Upper Saddle River, NJ: Prentice Hall.
  • Kagan, J. (2002, October). The tapestry woven by biology and experience. In R. Martin (Chair), The nature of nurture. Symposium conducted at the Nobel Conference, St. Peter, MN.
  • Kandel, E. R. (2002, October). Genes, synapses, and long term memory. In R. Martin (Chair), The nature of nurture. Symposium conducted at the Nobel Conference, St. Peter, MN.
  • Maccoby, E. E. (2002, October). The nature of children and their nurture by parents. In R. Martin (Chair), The nature of nurture. Symposium conducted at the Nobel Conference, St. Peter, MN.
  • Plomin, R. (2002, October). Nature and nurture: Genetic and environmental influences on behavioral development. In R. Martin (Chair), The nature of nurture. Symposium conducted at the Nobel Conference, St. Peter, MN.
  • Rayls, A. J. S. (2002). Through the looking glass. [sponsored section] Minnesota Monthly.