Sylverstein 2009 Borrar la Homosexualidad del DSM

Históricamente dentro de los movimientos de emancipación gay ha habido dos tendencias: una, que concebía ese movimiento como una vanguardia revolucionaria, y la otra, que se proponía políticas de lo posible. El movimiento gay estadounidense solía plantearse objetivos de largo y corto plazo; es elogiable que hayan sabido priorizar los intereses de la gente, centrados en el corto plazo, en lugar de la controversia interna como hemos sabido verla en Latinoamérica.

Arch Sex Behav (2009) 38:161–163

CARTA AL EDITOR

Las Implicaciones de Borrar a la Homosexualidad del DSM como Desorden Mental

Charles Silverstein

 

C. Silverstein (&) 233 W. 83rd St., New York, NY 10024, USA e-mail: csilverstein2@nyc.rr.com

El 8 de febrero de 1973 el Comité de Nomenclatura de la Asociación Siquiátrica Norteamericana (American Psychiatric Association) (APA) se reunion con un comité ad hoc de activistas gays.(1) El comité activista en realidad era representative de la Alianza Activista Gay de Ciudad de Nueva York [New York City’s Gay Activist Alliance], pero, por consideraciones políticas que tenían sentido en aquella década, sus miembros negaron representar a una organización gay. El relato más complete de la reunión y los conflictos politicos subsiguientes que condujeron a la recomendación del Comité de Nomenclatura [Nomenclature Committee] se discuten en Bayer (1981). (2)

La meta de corto plazo del comité activista era obvia: quitar la homosexualidad entre adultos consintientes de la lista de desórdenes mentales del Manual Disgnóstico y Estadístico de Desórdenes Mentales [Diagnostic and Sta­tistical Manual of Mental Disorders] (DSM). Teníamos la intención de hacer inacceptable el cambio de orientación sexual, incluso si el paciente lo pedía (Silverstein, 1977). Como la profesión siquiátrica era una de las ‘‘guardianas del portón’’ de las actitudes de la sociedad, creíamos que este cambio tendría efectos profundos en las vidas de la gente gay; apresuraría la eliminación de las leyes de sodomías y las cláusulas de “fealdad moral” [‘‘moral turpitude’’] en las regulaciones estatales que impedían matricularse oa profesionales de otro modo clasificados (e.g., médicos y abogados). También esperábamos ayudar a establecer protección de derechos civiles para la gente gay, incluyendo no discriminación en alojamiento y empleo.

El 15 de diciembre de 1973 la Junta de Directores [Board of Directors] de la the APA declasificó la homosexualidad per se como desorden mental sacándola del DSM-II (American Psychiatric Association, 1973). Al aceptar la recomendación del Comité de Nomenclatura, declararon que solament algunos homosexuales sufrían de Desorden de la Orientación Sexual (302.0) en the DSM-II (American Psychiatric Association, 1974) y estaban en necesidad de tratamiento; los demás no. De acuerdo con el DSM-III (American Psychiatric Association, 1980), los homosexuales fueron clasificados o bien como egosintónicos en relación con su orientación sexual, y no necesitaban tratamiento, o ego-alien, y por lo tanto sufrían un desorden mental. No dejaron claro si el tratamiento debía ser dirigido hacia ell cambio de la orientación sexual o desarrollar una homosexualidad egosintónica. Presumiblemente la decision se dejaba al paciente y a su terapeuta. En el DSM-III-R (American Psychiatric Association, 1987), el diagnóstico de Homosexualidad Egodistónica fue borrado. Se dejó el diagnóstico residual, Desorden Sexual No Especificado de otro Modo (e.g., “zozobra persistente y marcada sobre la propia orientación sexual”), pero esto podía aplicarse a “cualquier” orientación sexual.

Lo que no se ha discutido todavía en imprenta as el objetivo de largo plazo del comité activista. Un dejo de él resulta obvio en my presentación ante el Comité de Nomenclatura (Silverstein, 1976-1977). Argumenté que el diagnóstico siquiátrico era hijo de la moralidad y que los valores judeocristianos controlaban la práctica de la siquiatría.

El comité activista no discurrió sobre las implicaciones que se seguían del argumento de que la religion y la moralidad son los cimientos de la teoría y prácticas siquiátricas relativas a la conducta sexual. No queríamos abrir esa lata de gusanos. Estabamos luchando por nuestros derechos como personas gays y no teníamos intención de argumentar en favor de ampliar los límites de la conducta sexual acceptable que invariablemente hubiera conducido a un acrecentamiento de la oposición de parte de los profesionales conservadores, así como hubiera asustado y apartado a los que tomaban nuestro partido.

Pero las categorías sexuales en el DSM estaban construidas sobre un cimiento muy débil. Además de la homosexualidad, el DSM también colocaba en lista como desórdenes mentales el sadismo, el masoquismo, el exhibicionismo, el voyeurismo, la paidofilia y los fetiches. Si no había evidencia objetiva e independiente de que una orientación homosexual as en sí misma anormal, entonces, ¿qué justificación había para incluir cualquier otra de las conductas sexuales en el DSM? Suppe (1984) y Silverstein (1984) formularon estas preguntas, pero la comunidad professional permaneció en silencio. (3)

Después de todo, estas preguntas eran tan políticas como profesionales. Algunos colegas se rebelaban contra el cambio de nomenclatura, diciendo que una votación de mano alzada no debería determinar un diagnóstico siquiátrico, olvidándose de que había sido una votación a manzo alzada lo que había colocado a la homosexualidad en la lista de desórdenes en el comienzo del problema.

La política siempre ha sido un componente del diagnóstico siquiátrico. Cuando, por ejemplo, se propuso que la violación fuera incluida como desorden mental sexual, las mujeres profesionales y no profesionales protestaron contra la inclusión propuesta por miedo de que el nuevo diagnóstico fuera usado como una excusa mitigadora en el juzgamiento de un violador.

Los miembros del comité activista creían que la ley y el diagnóstico siquiátrico debían ser independientes. Nuestra esperanza era que un día el grupo íntegro de desórdenes sexuales fuse borrado del DSM, al menos aquellos hoy colocados en lista como parafilias..

Han pasado ya 35 años desde que se borró la homosexualidad del DSM, nuestra meta de corto plazo. Nuestra meta de larzo plazo, borrar la sección del DSM llamada diversamente perversión sexual, desorden sexual, o parafilia, dependiendo de la edición, no ha sido realizada.

Pero no todo está perdido. Ninguno de los que estamos en la práctica clínica o la investigación sexual pudimos anticipar los efectos de la Internet. Las leyes contra la pornografía, por ejemplo, ahora no tienen sentido ya que cualquiera con una computadora puede presenciar prácticas sexuales, de benignas a aterradoras, que van mucho más lejos que nuestra propia imaginación o inclinación.

Como Sísifos de la época actual, las “niñeras de la red” luchan en una batalla cuesta arriba para mantener a los jóvenes lejos de esos sitios. Las formas más extravagantes [kinkiest] del deseo sexual están ahora esparcidas por toda la internet, incluyendo perfiles detallados con fotografías reveladoras y, por ejemplo, exactamente cómo alguien quiere ser atado y sufrir abusos o qué clase de pies él o ella quieren lamer. La mayoría de los clínicos probablemente tienen pacientes que se masturban con otros en la Internet mientras cuentan narraciones morbosas que podrían calificar para diagnosis múltiples en la sección 302 de DSM. La pornografía infantile as la única práctica que tiene alguna supervisión policial.

Uno da por supuesto que muchos niños y niñas preadolescentes y en la temprana adolescencia miran pornografía. La supervision de los progenitors nunca ha sido menos tenue. Sospecho que para el momento en que estos niños y niñas crezcan, nuestro objetivo de largo plazo de eliminar las parafilias del DSM se verá realizado. Es probable que se pregunten de que se trataba tanto lío, exactamente como muchos jóvenes de hoy se preguntan qué tenían algunos en contra de los homosexuales en el siglo pasado. No teníamos modo de anticipar los medios para alcanzar este fin, pero es probablemente inevitable. La próxima generación de profesionales tendrá una educación sexual mucho más amplia que la que la mayoría de nosotros tuvimos en nuestra juventud y posiblemente una gama mucho más rica de experiencias sexuales. Como el rayo de una linterna en el amanecer, las parafilias probablemente desaparecerán del DSM para quienes tengan sexo consensual entre adultos.

References

American Psychiatric Association. (1973, December 15). Press release.

American Psychiatric Association. (1974). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (2nd ed., seventh printing). Washington, DC: Author. (Originally published1968)

American Psychiatric Association. (1980). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (3rd ed.). Washington, DC: Author.

American Psychiatric Association. (1987). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (3rd ed., rev.). Washington, DC: Author.

Bayer, R. (1981). Homosexuality and American psychiatry: The politics of diagnosis. New York:            Basic Books.

Bernard, L. D. (2004). In memoriam: Bernice Goodman (June 27, 1927-April 27, 2003). Journal of Gay and Lesbian Social Services, 17(1), xix-xxii.

Silverstein, C. (1976-1977). Even psychiatry can profit from its past mistakes. Journal of       Homosexuality, 2(2), 153-158.

Silverstein, C. (1977). Symposium on homosexuality and the ethics of behavioral          intervention). Journal of Homosexuality, 2(3), 205-211.

Silverstein, C. (1984). The ethical and moral implications of sexual classification: A commentary. Journal of Homosexuality, 9(4), 29-38.

Suppe, F. (1984). Classifying sexual disorders: The Diagnostic and Statistical Manual of the American Psychiatric Association. Journal of Homosexuality, 9, 9-28.

Notas al Pie

1 Como lo advirtió C. Silverstein (comunicación personal a K. J. Zucker, 18 de Diciembre, 2007), el Comité Activista estaba compuesto de siete miembros: Ron Gold, Bernice Goodman, M.S.W., Rose Jordan, Jean O’Leary, Ray Prada, Charles Silverstein, Ph.D., y Bradford J. Wilson, Ph.D. Gold actualmente reside alternadamente en Ciudad de Nueva York y Bangladesh. Goodman murió en 2003 (Bernard, 2004). Jordan vive en Nueva York. O’Leary ha fallecido. El paradero de Prada no se conoce. Wilson ha fallecido.

2 Como lo advirtió C. Silverstein (comunicación personal a K. J. Zucker, Deciembre 18, 2007), ‘‘No se guardaban minutas de nuestras reuniones. En esos días hablabamos unos con otros constantemente por teléfono, no había computadores, correo electrónico, mensajes instantáneos. Nunca tuvimos una agenda formal y la mayoría de las decisiones se tomaban por consenso, que era el procedimiento políticamente correcto en esa década.’

3 De acuerdo con C. Silverstein (comunicación personal con K. J. Zucker, 18 de Deciembre, 2007), “Todos los miembros del comité obviamente querían que se borrara la homosexualidad como desorden mental. Ron Gold también mantenía que el comité debetría demander la abolición completa del modelo medico en sicoterapia y el rechazo del DSM en su integridad. Su posición no estaba en consonancia con otros miembros del comité ya que hubiera sido rechazada junto con nuestro deseo de borrar la homosexualidad del DSM. Los miembros profesionales del comité… arguyeron que todos los desórdenes sexuales debería ser borrados del DSM, excepto la sección de ataque sexual a niños [child molesting], que obviamente era el punto más álgido [the hottest button] de la lista. Se acordó que la lista de desórdenes era un ejemplo de primera agua de rotulación peyorativa, pero el comité… sintió hacer una tal demanda en esa época confundiría nuestra meta de eliminar la homosexualidad como desorden mental. Se acordó que confináramos nuestra argumentación solamente a la homosexualidad, en la esperanza de que su eliminación espoleara a otros a examinar la totalidad de lo que entonces se llamaban las parafilias. No hay documentació escrita de esto, ya que no se tomaban minutas en ninguna reunión, ni tampoco de nuestras discusiones telefónicas.”