Adams et al 1996 Homofobia y excitación homosexual

Journal of Abnormal Psychology, 1996, Vol. 105, No. 3, 440–445

¿Está la Homofobia Asociada Con Activación fisiológica [arousal] homosexual?

Recibido el 10 de mayo de 1995

Revisión recibida el 5 de diciembre de 1995

Aceptada el 8 de  febrero de 1996

Henry E. Adams, Lester W. Wright, Jr. y Bethany A. Lohr

Universidad de Georgia

Departamento de Sicología

La correspondencia relativa a este artículo debe ser dirigida a Henry E. Adams, Department of Psychology, University of Georgia, Athens, Georgia 30602-3013.

Los autores investigaron el papel de la activación fisiológica [arousal] homosexual en hombres exclusivamente heterosexuales que admitieron su afecto negativo hacia los individuos homosexuales. Los participantes consistieron en un grupo de hombres homofóbicos (n = 35) y un grupo de hombres no homofóbicos (n = 29); fueron asignados a grupos tomando como base sus puntajes en el Índice de Homofobia (W. W. Hudson & W. A. Ricketts, 1980).

Los hombres fueron expuestos a estímulos sexualmente explícitos que consistían en cintas de video grabadas heterosexuales, de varones homosexuales y de lesbianas, y se monitorearon los cambios en la circunferencia peneana. También completaron un Cuestionario de Agresión (A. H. Buss & M. Perry, 1992). Ambos grupos exhibieron aumentos en la circunferencia peneana ante los estímulos homosexuales. Los grupos no difirieron en agresión. La homofobia está aparentemente asociada con activación fisiológica [arousal] homosexuales de la que el individuo homofóbico no está consciente, o a la que niega.

La hostilidad y la discriminación contra los individuos homosexuales son hechos bien establecidos (Berrill, 1990). En ocasiones, estas actitudes negativas conducen a actos hostiles verbales y físicos en contra de individuos gays con aparentemente poca motivación excepto un fuerte asco [disgust* (Herek, 1989). De hecho, más del 90% de los hombres gays y las lesbianas informan haber sido blanco de insultos verbales o amenazas, y más de un tercio informan ser sobrevivientes de violencia relativa a su homosexualidad (Fassinger, 1991). Aunque se ha presumido que las actitudes y comportamientos negativos hacia los individuos gays están asociadas con creencias moralistas rígidas, ignorancia sexual y miedo a la homosexualidad, la etiología de estas actitudes y comportamientos sigue siendo un enigma (Marmor, 1980). Weinberg (1972) denominó a estas actitudes y comportamientos “homofobia”, a la que definió como el miedo de estar en estrecha cercanía con hombres y mujeres homosexuales, así como el miedo irracional, odio e intolerancia de individuos heterosexuales hacia hombres y mujeres homosexuales.

Hudson y Ricketts (1980) han indicado que el significado del término homofobia se ha diluido a causa de su expansión en la literatura para incluir cualquier actitud, creencia o acción negativas hacia la homosexualidad. Fyfe (1983) también ha argumentado que la definición amplia de homofobia amenaza restringir nuestra comprensión de las reacciones negativas a los individuos gays. Por lo demás, Hudson y Ricketts criticaban los estudios por no hacer la distinción entre actitudes intelectuales hacia la homosexualidad (homonegativismo) y las respuestas personales y afectivas hacia los individuos gays  (homofobia). Indicaron que muchos investigadores no establecen la definición operacional de lo que llaman homofobia. Para clarificar este problema, Hudson y Ricketts definieron el homonegativismo como un constructo multidimensional que incluye juicio relativo a la moralidad de la homosexualidad, decisiones concernientes a relaciones personales o sociales, y cualquier respuesta concerniente a creencias, preferencias, legalidad, deseabilidad social o respuestas cognitivas similares. Por otra parte, la homofobia fue definida como una respuesta emocional o afectiva que incluye miedo, ansiedad, enojo, incomodidad y aversión experimentadas por un individuo cuando interactúa con individuos gays, lo que puede incluir o no un componente cognitivo. Por ejemplo, la homosexualidad egodistónica, o marcada zozobra [distress] por la propia orientación sexual, puede ser un tipo de homonegativismo, pero no necesariamente implica homofobia. Esta clarificación es consistente con la definición de homofobia que da  Weinberg (1972), así como con la sugerencia de Haaga (1992) sobre que el uso del término quede restringido a reacciones tercamente [deafly] fóbicas.

Se ha argumentado que el término homofóbico puede no ser apropiado porque no hay evidencia de que los individuos homofóbicos muestren evitación de personas homosexuales (Bernstein, 1994; Rowan, 1994). Sin embargo, el único requerimiento necesario para el rótulo de fobia es que los estímulos fóbicos produzcan ansiedad. Si el individuo exhibe evitación o soporta la ansiedad a menudo depende de la naturaleza de los estímulos y de las circunstancias ambientales. Las sugerencias de MacDonald (1976) son consistentes con este análisis porque ese autor definió la homofobia como la ansiedad o ansiedad anticipatorio provocada por los individuos homosexuales. O’Donahue y Caselles (1993) advirtieron que la definición de Mc-Donald es paralela a los criterios diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico de Desórdenes Mentales [Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders] ( DSM-IV; American Psychiatric Association, 1994) para la fobia simple y atrapa las reacciones emocionales negativas hacia la homosexualidad que parecen haber motivado el uso del término. En un análisis similar, O’Donahue y Caselles describieron un modelo tripartito de homofobia consistente en componentes cognitivos, afectivos y comportamentales que pueden interactuar diferentemente en diversas situaciones asociadas con la homosexualidad.

Aunque las causas de la homofobia no son claras, varias explicaciones sicoanalíticas han surgido a partir de la idea de que la homofobia es un fenómeno basado en la ansiedad. Una explicación sicoanalítica es que la ansiedad sobre la posibilidad de ser un homosexual o volverse uno puede ser un factor de envergadura en la homofobia (West, 1977). Por ejemplo, de Kuyper (1993) aseveró que la homofobia es el resultado de los restos de homosexualidad en la resolución heterosexual del conflicto edípico. Si bien estas ideas son vagas, las teorías sicoanalítica generalmente postulan que la homofobia es un resultado de fuertes impulsos [urges] homosexuales reprimidos, o una forma de homosexualidad latente. La homosexualidad latente puede ser definida como activación fisiológica [arousal] [arousal] homosexual de las que el individuo o bien no es consciente, o bien las niega. (West, 1977). Los sicoanalistas usan el concepto de homosexualidad reprimida o latente para explicar el malestar [malaise] sicologico y las actitudes irracionales desplegadas por algunos individuos que se sienten culpables sobre sus intereses eróticos y luchan por denegar y reprimir sus impulsos homosexuales. De hecho, West ( 1977, p. 202) afirmó, “cuando se ven colocados en una situación que amenaza excitar sus propios pensamientos homosexuales no deseados, sobrreaccionan con pánico o enojo.” Slaby (1994) afirmó que la ansiedad sobre la homosexualidad típicamente no se produce en individuos que tienen orientación hacia el mismo sexo, sino que generalmente implica que ostensiblemente son heterosexuales y que tienen dificultad de integrar sus sentimientos homosexuales o su actividad homosexual. La relación entre la homofobia y la homosexualidad latente no ha sido empíricamente investigada y es uno de los propósitos del estudio presente. Específicamente, el estudio presente fue diseñado para investigar si los hombres homofóbicos muestran mayor activación fisiológica [arousal] sexual ante claves homosexuales que los hombres no homofóbicos, como lo sugiere la teoría sicoanalítica. Como lo han advertido O’Donahue y Caselles ( 1993, p. 193 ), una investigación de si aquellos que  “actúan agresivamente contra los homosexuales se vuelven sexualmente excitados ante estímulos homosexuales (como podrían predecirlo ciertas teorías sicoanalíticas)” podría contribuir a nuestra comprensión de la homofobia. Una meta secundaria era evaluar si los individuos homofóbicos son personas que generalmente son más hostiles o agresivas que los hombres no homofóbicos. La investigación presente fue diseñada para evaluar estas dos hipótesis.

Método

Participantes

Los voluntarios caucásicos heterosexuales varones (n = 64) reclutados en el Fondo de Sujetos de Investigación del Departamento de Sicología de la Universidad de Georgia [Psychology Department Research Subject Pool at the University of Georgia] participaron en el estudio. Fueron sometidos a revisión durante un amplio testeo grupal en cuyo tiempo completaron la versión modificada de la Escala de Puntaje Heterosexual-Homosexual de Kinsey [Kinsey Heterosexual-Homosexual Rating Scale] (Kinsey, Pomeroy, & Martin, 1948), el Índice de Homofobia [Index of Homophobia] (IHP; Hudson & Ricketts, 1980), y el Cuestionario de Agresión [Aggression Questionnaire] (Buss & Perry, 1992). Se los contactó por teléfono en una fecha posterior para fijar la fecha de la porción de laboratorio del estudio. Todos los participantes recibieron puntaje equivalente a parte de un curso [partial course credit]. La edad media de los hombres era de 20.3 años (gama = 18 a 31 años).

Mediciones de Chequeo

Escala de Kinsey de Puntaje Heterosexual-Homosexual. Se usó una versión modificada de la Escala de Puntaje Heterosexual-Homosexual de Kinsey para establecer la activación fisiológica [arousal] sexual y las experiencias sexuales anteriores. Esta versión de la escala de Kinsey es una escala de 7 puntos en la que los individuos separadamente evaluaron su activación fisiológica [arousal] sexual y experiencias desde exclusivamente homosexual a exclusivamente heterosexual. Solamente los participantes que informaron activación fisiológica [arousal] y experiencias exclusivamente heterosexuales (i.e., ls en ambas secciones) fueron seleccionados para la participación.

IHP. El índice de Homofobia es la medición más ampliamente usada de la homofobia (O’Donahue & Caselles, 1993 ). Los ítems de la IHP determinan los components afectivos de la homofobia. La escala contiene 25 ítems, y los puntajes van de 0 a 100. Los respondientes se dividen en cuatro grupo tomando como bases sus puntajes: 0-25, hombres no homofóbicos de lato grado; 26-50, hombres no homofóbicos de bajo grado; 51-75, hombres homofóbicos de bajo grado; y 76-100, hombres homofóbicos en alto grado. El puntaje obtenido es una medición de “desasosiego” [“dread”]: un sentimiento que un individuo experimenta cuando se lo coloca en cercanía estrecha con un homosexual; un puntaje bajo equivale a poco desasosiego, y un puntaje alto equivale a mucho desasosiego. Como la mayoría de los ítems contienen los términos “cómodo” e “incómodo”, se puede asumir que el “desasosiego” significa la ansiedad anticipatorio ante la interacción con una persona homosexual. Por ejemplo, un ítem afirma “me sentiría nervioso estando dentro de un grupo de homosexuales.” Se usan aseveraciones positivas y negativas para controlar por sesgos de respuestas establecidas. Los autores informaron un coeficiente de confiabilidad del .90 en una muestra de 300 respondientes. O’Donahue y Caselles ( 1993, p. 187 ) comentaron que los autores del IHP usaron un “abordaje más empírico y sicométricamente sofisticado que los investigadores anteriores que produjeron instrumentos para medir la homofobia.”

Los hombres fueron divididos en dos grupos tomando como base sus puntajes en el IHP: 0-50 = hombres no homofóbicos, n = 29, M = 30.48, SD = 14.70; 51-100 = hombres homofóbicos, n = 35, M = 80.40, SD = 13.2. Esta división fue necesaria a causa de la incapacidad de encontrar un número adecuado de hombres exclusivamente heterosexuales que tuvieran alto puntaje en el rango no homofóbico de los grados altos (0-25).

Mediciones de Respuesta

Plecismografía penil. Se usó para medir las respuestas eréctiles a los estímulos sexuales un calibre de esfuerzo circunferencial de mercurio-en-goma [mercury-in-rubber (MIR)] (Bancroft, Jones, & Pullan, 1966). Cuando está colocado, los cambios en la circunferencia del pene causan cambios en la resistencia eléctrica de la columna de mercurio, que fueron detectados por un Plecismógrafo Parks Modelo 270 (preamplificador; Parks Electronic Laboratory, Beaverton, OR). La salida del preamplificador fue canalizada en un polígrafo Grass. Las respuestas de tumescencia se registraron en la salida de gráficos [chart drive] del polígrafo y fueron canalizadas a una interfase análogo-a-digital (A-a-D) conectada con una computadora IBM. Se usó una grabación paralela en papel de diagrama [chart paper] para identificar cambios abruptos que sugirieran artefactos de movimiento, que fueron eliminados de los datos antes del análisis. El indicador de esfuerzo había sido calibrado antes de cada evaluación usando un cono de calibración de plexigass, que permitía la conversión (aproximadamente 130 veces por seg) a milímetros de circunferencia penil, (aproximadamente 275 unidades A-a-D per ram) lo que prestaba servicios como primera variable dependiente. La consistencia interna y la confiabilidad test-retest del plecismógrafo penil es aceptable (O’Donahue & Letourneau, 1992), y se ha demostrado que las respuestas plecismográficas peniles a los estímulos sexualmente explícitos discriminan entre hombres homosexuales y heterosexuales (Tollison, Adams, & Tollison, 1979). Zuckerman (1971) describió la plecismografía penil como la medición más específica de la activación fisiológica [arousal] sexual porque los cambios significativos se producen solamente durante la estimulación sexual y el sueño.

Cuestionario de Agresión [Aggression Questionnaire]. Se usó la escala de 29 ítems de Buss y Perry (1992) para determinar un rasgo general de agresión. Los varones puntuaron cada ítem en una escala de I (extremadamente poco característico de mí) a 5 (extremadamente característico de mí). Los ítems se enfocaban en cuatro aspectos de la agresión: agresión física, agresión verbal, enojo y hostilidad. Buss y Perry (1992) proveyeron datos de intercorrelación que sugerían un rasgo unitario de agresión. Solamente este puntaje general de agresión se usó como la variable dependiente.

Materiales de Estímulo

Los estímulos eran segmentos de 4 minutos de videotapes eróticos explícitos representando actividad heterosexual consensual adulta, actividad consensual homosexual de varones, y actividad consensual homosexual de mujeres. La actividad sexual de los videos incluía juego sexual previo (e.g., besarse y desvestirse), contacto oral-genital ( e.g., felacio o cunnilingus), y relación sexual (i.e., penetración vaginal, penetración anal, o tribadismo en el filme lésbico. El videotape lésbico fue incluido porque se ha demostrado que es altamente excitante sexualmente para los hombres heterosexuales y es un mejor discriminador entre hombres homosexuales y heterosexuales que otros estímulos (Mavissikalian, Blanchard, Abel & Baflow, 1975 ).

Procedimiento

El procedimiento le era explicado al participante a su llegada al laboratorio. Se le informaba que podía poner fin a la participación en cualquier momento, y firmaba el consentimiento informado. El participante era acompañado a una habitación a prueba de sonido, donde se lo hacía sentar en una silla reclinable cómoda y se le daban instrucciones sobre la colocación adecuada del indicador de esfuerzo mercurio-en-goma [MIR strain gauge]. Después de que el experimentador dejaba la cámara experimental y entraba en la habitación de equipamiento adyacente, el participante se colocaba el indicador de esfuerzo penil  [penile strain gauge]. El cuarto de equipamiento adyacente albergaba el polígrafo Grass, el reproductor de cintas de video, una computadora IBM-compatible y el intercomunicador de dos direcciones. Una vez que el participante indicaba por medio del intercom que el aparato estaba en su lugar, se grababa una línea de base de 4-minutos, en ausencia de cualquier estímulo. En el paso siguiente, se le presentaban al participante los tres videos de sexo explícito. Siguiendo a cada presentación grabada en video, el participantes evaluaba su nivel de activación fisiológica [arousal] sexual subjetiva (i.e., hasta qué punto “se había calentado”) y el grado de la erección penil (i.e., de ningún cambio a erección del 100%) en una escala de 0 a 10. Se permitía que la circunferencia penil del participante bajara a los niveles de la línea de base antes de presentar el siguiente estímulo. La secuencia de presentación era contrabalanceada al ir pasando los participantes para evitar efectos de orden. Siguiendo la presentación final, al participante se le hacían los últimos comentarios [debriefed] y se lo despedía.

 

Reducción de Datos

Se usó un puntaje de cambio [change score] para analizar los datos plecismográficos peniles donde la circunferencia penil media (en milímetros) en el primer segundo de tiempo fue sustraída de los segundos subsiguientes por cada presentación de video. Estos puntajes fueron divididos en seis bloques de cuarenta 40-s. Después fue analizado el puntaje de cambio promedio en circunferencia penil por cada bloque de tiempo.

Resultados

Plecismografía Penil

Los datos fueron analizados usando modelos mixtos de análisis de variancia (ANOVA) con un factor de entre sujetos (Grupos) y dos factores intrasujetos (Tipo de Estímulo y Bloques Temporales). El efecto principal para tipo de estímulo, F(2, 124) = 23.67, p < .001; bloques de tiempo, F(5, 310) = 137.46, p < .001; y su interacción, F( 10, 620) = 21.73, p < .001, fueron todos significativos, como lo fue la interacción Grupos X Tipo de Estímulo X Bloques temporales, F( 10, 620) = 2.11, p < .05. Ningún otro efecto principal o interacción fue significativa. Los datos para cada bloque de tiempo para los dos grupos se presentan separadamente para cada tipo de estímulo en la Figura 1. La inspección de esta figura sugiere que la interacción se debe a la diferencia entre hombres homofóbicos y no homofóbicos a través de bloques temporales solamente para el video homosexual.

Figura 1. Presentaciones de estímulos por grupos a través de bloques de tiempo. La única diferencia significativa entre grupos se produce con el video homosexual. La línea con puntos representa el grupo no homofóbico; la línea llena representa el grupo homofóbico. Arriba: video heterosexual; al medio: video lésbico; abajo: video homosexual.

Para evaluar esta impresión, condujimos ANOVAs de Grupos x Bloques de Tiempo por cada tipo de estímulo. Para los videos heterosexuales y lésbicos, solamente fueron significativos los bloques de tiempo, que indicaban aumentos en congestión sanguínea penil a lo largo de bloques de tiempo, F(5, 310) = 115.321,p < .001, and F(5, 310) = 64.878, p < .001, respectivamente. No hubo efectos principales significativos de grupos o una interacción con estos dos videos, lo que indica que ambos grupos mostraron suficiente congestión sanguínea antes estos videos. Para el video de homosexuales varones, hubo un significativo efecto principal de grupos, bloques temporales y su interacción: F( 1, 62) = 6.14, p < .05; F(5, 310) = 19.04, p < .001; and F(5, 310) = 5.14, p < .001, respectivamente. Estos resultados indican que los hombres homofóbicos mostraron un aumento significativo en la circunferencia penil ante el video de varones homosexual pero que los hombres de control no lo mostraron. Un análisis de los efectos simples de esta interacción con tests de Tukey a la par [pairwise] tests indica que los grupos fueron significativamente diferentes en los bloques temporales 4, 5 y (p < .01 ).

Otro modo de evaluar estos datos es calcular el procentaje de hombres que demostraron ninguna tumescencia significativa (i.e., 0-6 mm), tumescencia modesta (i.e., > 6-12 mm) y tumescencia definida (i.e., > 12 mm) basada en su puntaje medio de tumescencia ante el video homosexual. En el grupo homofóbico, el 20% no mostró tumescencia significativa, el 26% mostró una tumescencia moderada, y el 54% mostró tumescencia definida ante el video homosexual; los porcentajes correspondientes en el grupo no homofóbico fueron el 66%, el 10% y el  24%, respectivamente.

Puntajes Subjetivos

Los datos para las estimaciones subjetivas de la activación fisiológica [arousal] sexual y la erección penil fueron analizados en un modelo ANOVA mixto con un factor fijado (grupos) y dos factores repetidos (puntaje de estímulos y erección vs. Puntaje de activación fisiológica [arousal]) El efecto principal del tipo de estímulo fue significativo, F (2, 124) = 90.93, p < .001, lo que indicó puntajes de activación fisiológica [arousal] y erección significativamente más grandes ante los videos heterosexual y lésbico que ante el video de homosexuales varones. El efecto principal de los puntajes (activación fisiológica [arousal] vs. erección) fue también significativo, F (1, 62) = 8.78, p < .01, lo que indicó que los hombre estimaban puntajes más altos para la erección que para la activación fisiológica [arousal] ante los videos. La interacción de puntajes de estímulos y activación fisiológica [arousal] versus puntajes de erección también fue significativa, F (2, 124) = 9.34, p < .001. Esta interacción se debe primordialmente a los puntajes de erección y activación fisiológica [arousal] ante videos heterosexuales y lésbicos, mayores que ante el video de varones homosexuales. Por lo demás, la interacción revela pocas diferencias entre los tipos de puntaje (activación fisiológica [arousal] vs. erección) con la excepción del video homosexual, donde hubo puntajes significativamente mayores de erección que de activación fisiológica [arousal]. Estas medianas se muestran en la Tabla 1. No hubo otros efectos principales o de interacción de puntajes subjetivos.

Los coeficientes de correlación de Pearson fueron computados entre las mediciones de respuesta penil y las asignaciones subjetivas de puntaje a la activación fisiológica [arousal] y erección, como se muestra en la Tabla 1. Estas correlaciones iban de 0,53 a 0,66 e indicaban que los puntajes de los participantes en general estaban de acuerdo con sus respuestas peniles. Los coeficientes de correlaciones de Pearson también se computaron con los puntajes obtenidos de activación fisiológica [arousal] y erección para cada grupo, como se lo muestra en la tabla 2. Estas correlaciones son muy altas y todas son significativas en el nivel de confianza p < .01, lo que indica que estos dos puntajes están midiendo esencialmente el mismo suceso. La correlación de erección y activación fisiológica [arousal] ante el video homosexual en el grupo no homofóbico fue significativamente más pequeña (i.e., p < .05 orp < .01 en todas las comparaciones) cuando se la comparaba con otras correlaciones. La consistencia disminuida entre erección y activación fisiológica [arousal] puede haber sido debida a que los cambios de respuesta penil en este grupo fueron más pequeños, lo que hizo más difíciles las estimaciones subjetivas.

Tabla 1
Medios y Correlaciones de Puntajes Subjetivos con Respuesta Penil
Arousal Erection
Video M SD r2 M SD r2
Heterosexual 7.14 1.97 .57* 7.10 1.88 .64*
Lésbico 6.28 2.94 .63* 6.31 2.79 .66*
Homosexuales varones 2.03 2.74 .53* 2.79 3.06 .64*
a Puntajes subjetivos cuando se correlacionan con respuesta penil mediana a través de bloques de tiempo.
*p<.01.

Tabla 2

Correlaciones Entre Estimaciones de Activación fisiológica [arousal] Subjetiva y Erección Subjetiva

Video

Grupo N Heterosexual Lesbian Male homosexual
Homofóbico 35 .91 .95 .90
No homofóbico 29 .93 .94 .78

A causa de los hallazgos descritos arriba, condujimos tres análisis de covariancia para cada video usando la respuesta penil media a través de bloques de tiempo para cada grupo, con activación fisiológica [arousal] subjetiva como el covariado. No hubo diferencias grupales significativas para los videos heterosexuales o lésbicos, indicando que los informes de activación fisiológica [arousal] eran consistentes con las respuestas peniles. Sin embargo, aquí siguió existiendo una diferencia significativa entre grupos para el video de varón homosexual, F (1, 60) = 8.10, p < .01, a lo cual los hombres homofóbicos continuaban mostrando más erección penil después de que la activación fisiológica [arousal] subjetiva fue controlada estadísticamente. Este descubrimiento indica que los informes de activación fisiológica [arousal] subjetiva no fueron consistentes con las respuestas peniles ante el video de varones homosexuales. Estos datos parecen deberse a subestimaciones de la activación fisiológica [arousal], particularmente de parte de varones homofóbicos, ante los estímulos homosexuales.

Cuestionario de Agresión

Se condujo un test t entre grupos sobre el Cuestionario de Agresión. La diferencia entre los puntajes de los hombres homofóbicos (M = 58.37, SD = 14.39) y los hombres no homofóbicos (M = 55.96, SD = 14.75 ) no fue estadísticamente significativa, t(62) = .65, p > .05. Este resultado indica que estos grupos no diferían en agresión, tal como la media este cuestionario.

Discusión

Los resultados de este estudio indican que los individuos que obtienen puntaje en la gama homofóbica y admiten el afecto negativo hacia la homosexualidad demuestran excitación [arousal] sexual significativa ante los estímulos eróticos homosexuales. Estos individuos fueron seleccionados tomando como base su propio informe de que tenían solamente activación fisiológica [arousal] y experiencias heterosexuales. Por lo demás, sus puntajes de erección y activación fisiológica [arousal] ante estímulos homosexuales fueron bajos y no fueron significativamente diferentes de los de hombres no homofóbicos, quienes no demostraron aumento significativo en la respuesta peneana a los estímulos homosexuales. Estos datos son consistentes con la discordancia de respuesta, donde los juicios verbales no con consistentes con la reactividad fisiológica, como en el caso de los individuos homofóbicos que veían los estímulos homosexuales. Lang (1994) advirtió que la respuesta de discordancia más espectacular se produce con informes de respuestas de sentimiento y fisiológicas. Otra posible explicación se encuentra en varias teorías sicoanalíticas, que han generalmente explicado la homofobia como una amenaza a los propios impulsos  homosexuales del individuo, lo que causa represión, negación o formación reactiva (o las tres; West, 1977). En general, estas variadas explicaciones conciben a la homofobia como un tipo de homosexualidad latente donde las personas o bien no están conscientes de sus fuertes necesidades [urges] homosexuales, o las niegan. Estos datos son consistentes con esas ideas.

Otra explicación de estos datos se encuentra en la teoría de Barlow, Sakheim y Beck (1983) sobre el rol de la ansiedad y la atención en la respuesta sexual. Es posible que ver estímulos homosexuales cause tanto emociones negativas como ansiedad en hombres homofóbicos, pero no en hombres no homofóbicos. Como se ha demostrado que la ansiedad exalta la activación fisiológica [arousal] y la erección, esta teoría predeciría aumentos en la erección de hombres homofóbicos. Por lo demás, indicaría que una respuesta a los estímulos homosexuales es una función de la condición de amenaza y no activación fisiológica [arousal] sexual per se. En tanto que las dificultades de evaluar objetivamente hipótesis sicoanalíticas están bien documentadas, estos abordajes predecirían que la activación fisiológica [arousal] sexual es una respuesta intrínseca a los estímulos homosexuales, en tanto que la teoría de Barlow (1986) predeciría que la activación fisiológica [arousal] sexual ante los estímulos homosexuales en los individuos homofóbicos es función de la ansiedad. Estas ideas compitientes pueden y deben ser evaluadas por la investigación futura.

La hipótesis de que los hombres homofóbicos son meramente individuos agresivos no encuentra sostén en los datos presentes. No hubo diferencias en los puntajes de agresión entre los grupos, tales como se los midió con el Cuestionario de Agresión. Sin embargo, este cuestionario es una medida general de agresión y no enfoca la posibilidad de agresión situacional u hostilidad donde la situación implique homosexualidad o interactuar con una persona homosexual. Es posible que la agresividad en los individuos homofóbicos sea específica ante las claves homosexuales.

Estos datos también indican que las estimaciones subjetivas de activación fisiológica [arousal] y erección son en gran medida consistentes con los índices fisiológicos de erecciones peniles, con los coeficientes de correlación que van de 0.53 a 0.66. Como las relaciones entre medidas subjetivas de erección y activación fisiológica [arousal] fueron bastante altas, yendo de 0.78 a 0.95, es probable que estas dos estimaciones sean mediciones de eventos similares o idénticos. La mayoría de estas últimas correlaciones estuvieron en el rango de los 0.90 con la excepción de la tasa de activación fisiológica [arousal] y erección ante estímulos homosexuales de los individuos no homofóbicos, que fue de 0.78. Como se advirtió antes, estos resultados fueron probablemente debidos a las pequeñas respuestas peniles a estos estímulos, haciendo que las estimaciones subjetivas fuesen más difíciles y menos consistentes.

Una dificultad fundamental en esta área es definir y medir la homofobia. Por ejemplo, con la escala usada en este estudio, encontramos difícil encontrar hombres heterosexuales que tuvieran puntajes en el rango no homofóbico de grados altos. Similarmente, Hudson y Ricketts (1980) encontraron que el 56% de su muestra tenía puntajes en el rango homofóbico (i.e., > 51 ). Este problema puede no deberse a una alta prevalencia de la homofobia; en lugar de ello, puede ser el resultado de la naturaleza de ésta y otras escalas similares. Como lo sugirieron O’Donahue y Caselles (1993), las escalas que determinan homofobia miden solamente componentes cognitivos y afectivos. La escala IHP y otras similares se verían grandemente fortalecidas por la inclusión de un componente comportamental que mida reacciones de “lucha o fuga” que generalmente se encuentran en las escalas de fobia, como en el Cuestionario del Miedo (Marks & Mathews, 1978).  Se necesita modificar estas escalas, y la modificación debería incluir ítems que determinen específicamente los actos real o potencialmente agresivos o evitativos hacia los individuos homosexuales y las actividades homosexuales, como lo sugirieron O’Donahue y Caselles (1993). En nuestra opinion, las cogniciones y actitudes negativas hacia la homosexualidad probablemente no son suficientes para que corresponda el rótulo de homofobia.

La investigación futura debe concentrarse en varios temas. Primero, deben desarrollarse escalas de medición de homofobia más confiables, que incorporen componentes cognitivos, afectivos y comportamentales. Segundo, el problema de si los individuos homofóbicos cumplen con los criterios de definición de la fobia simple debe ser investigado; es determinante si estos individuos experimentan ansiedad o evitación cuando se los enfrenta a claves homosexuales. Tercero, el problema de si la homofobia es específica de los varones o si puede también producirse en las mujeres no ha sido enfocado sistemáticamente, ni tampoco resulta claro si las mujeres homofóbicas pueden mostrar activación fisiológica [arousal] sexual ante estímulos eróticos lésbicos. Cuarto, se ha afirmado que los individuos homofóbicos tienen mal ajuste heterosexual, y este tema debe ser documentado. Con respuestas a estos y a otros puntos similares, será posible una comprensión más clara de la naturaleza de la homofobia.

Referencias

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